jueves, diciembre 30, 2010

Escritor, que escribes...

Hoy voy a hablar de escritura. De escritores, de escritura y de la puta mala vida que nos dan a los que nos lo tomamos como algo muy serio.

Acabo de recibir el email de Bubok sobre el tercer concurso de Bubok y Alfaguara. Y debo reconocerlo: mi sueño es publicar en Alfaguara. Nada de Planeta ni hostias en vinagre. No, no. Alfaguara. Una de las mejores editoriales en la que puede comenzar una escritora desconocida como soy yo, por poner un ejemplo. En las bases prometen dos mil euros de los que tendríamos que descontar los impuestos y la SS. Sin contar los tres ejemplares que tengo que mandar maquetados y encuadernados. Mis novelas no bajan de las 500 páginas. Unos treinta euros por ejemplar, mas gastos de envio. Más de cien pavos. Vamos, que a esos dos mil euros le quitas los impuestos, la SS, el gasto de los ejemplares y seguro que te aplican otros gastos por imbécil. De esos dos mil euros te quedan unos mil setecientos, luego tienes que ir a buscar el premio, comprarte un vestido para recogerlo. Alguna que otra entrevista que te hagan, pues tú te pagas el viaje y los gastos de hotel. De los dos mil euros te quedan al final unos mil doscientos, tirando mucho para arriba.

Señores, me he gastado más dinero en clinex para secar las lágrimas que he tenido que derramar por insultos como el que se proponen Alfaguara y Bubok. ¿Porqué no dejan de tomarnos el pelo a los escritores y comienzan a valorarnos un poco más, panda de vándalos? ¡Somos escritores! ¡Escritores! No nos dedicamos a rellenar páginas de word con lo primero que nos viene a la cabeza. No. Diseminamos cada frase que creamos en nuestra cabeza y la estudiamos al fondo para ver si es correcta, completa, si explica lo que queremos decir y si llegamos al alma del lector, que ese es nuestro verdadero trabajo. ¡Somos escritores! Cuando terminamos una novela tenemos que asistir a un alumbramiento y a un funeral, todo a la vez. Después debemos someternos a la dura crítica de los amigos, familiares y conocidos para que nos digan si tenemos futuro como escritores o no (porque es mejor aguantar un NO de un familiar que de una editorial). Después de recibir el palo de que les guste o no (porque ambos son un palo tremendo para un escritor) tenemos que abandonar a nuestro hijo en un cajón para el consiguiente olvido de lo que hemos escrito y así poder verlo desde unos "ojos nuevos", más limpios. Seis meses a lo poco. Y cuando la sacas del cajón y le quitas la capa de polvo que ha recogido durante esos meses, te cagas encima antes de abrir el borrador, porque no recuerdas lo que has escrito y si era bueno o si perdiste cuatro años escribiendo una bazofia. Lo lees y descubres que ahí hay talento. Que ese libro puede pasar el filtro editorial y porqué no, vender un par de ediciones (que ya son muchas, eh?). Te preparas para lo que se avecina: gastarte una pasta para imprimir tu libro, enviarlo a tres o cuatro editoriales que acepten tu género y esperar meses a que te respondan con un "juegue al warcraft. Seguro que se le da mejor". Y entonces descubres que has tirado cuatro años de tu vida porque un cabrón se cree con derecho a decirte que no vales como escritor. Te hunde en tu mierda de mundo lleno de ilusiones y aventuras que deseas contar a otros con todas tus ganas, con la mejor manera que sabes hacerlo: escribiendo. Te tiras tres meses llorando porque has dejado de creer en ti. Y se van acumulando los tickets de los clinex comprados para secar esas lágrimas que puede que merezcas, puede que no. Yo creo que nadie debe llorar por culpa de otro, pero en fin. Entonces, un día ves un poco de claridad en ese día tan sombrío y decides intentarlo de nuevo, con otra novela, mejorar como escritor y darlo todo por nada. POR NADA, se lee bien, no? O debo repetirlo de nuevo para que se capte? DARLO TODO POR NADA. Otros cuatro años para una nueva novela que no sabes si gustará o no. Y entonces, viene Bubok con Alfaguara y te dicen que te presentes a su concurso por mil doscientos euros que es lo que he ganado yo por ser aux. de administrativo en otros años. Y es cuando me pregunto si es que ahora el escritor es una mierda que ya no tiene valor por crear y hacerte volar a ti a otro mundo en el que tu posees la verdad entre tus manos durante unas pocas horas, o es que el mundo se ha vuelto loco y se le paga dinero a aquellos que corren detrás de una pelota. Pero al que crea mundos y te permite vivir sus aventuras que le den mierda, si es que se la dan.

Muchos ansían ser millonarios con sus palabras. Yo reconozco que alguna vez he soñado con ello. Pero realmente quiero ser escritora profesional, ganar treinta céntimos por la venta de un ejemplar e ir subiendo puestos en el ranking hasta construir mi pequeño mundo real. Poder ver mis novelas en Lafnac o El Corte Inglés y sentir como se me empañan los ojos al ver allí mi trabajo. Mi esfuerzo. La falta de sueño a causa de una historia bien contada. Y miles de cosas más que solo si eres escritor puedes comprender. Pero ahí nos tenéis, ofreciendonos mil doscientos euros con la pérdida de derechos sobre nuestra obra (cosa que es ilegal, a ver si lo vais captando cuando escribís las bases) y encima queriendonos hacer creer que nos estáis haciendo un puto favor.

En serio, ¿tanto miedo os damos?

domingo, diciembre 26, 2010

Matar personajes...

Hace unos días mis enfermedades me dieron una pequeña tregua y me puse a escribir como una posesa. Llegué a una parte de la historia que requería matar a uno de los personajes principales y que más aprecio en la trilogía. ¿os podéis creer que durante tres días he estado deprimida por esta causa? Soy consciente de que estoy muy débil y que cualquier cosa ahora mismo me afecta como si fuera un mundo. Es lo que tienen las enfermedades. Pero yo sabía que iba a pasar algo así cuando llegara a ese momento en la historia. En el próximo capítulo toca enterrarlo con Honores de Estado, y después llorar su pérdida.

Matar personajes no mola nada de nada. Me entristece mucho. Me pregunto si Rowling lloró cuando mató a Sirius o a Dumbledore. o a Fred, Hedwich, entre otros... No creo, esa mujer es muy fría.

En fin, espero que en próximas novelas no me dé por matar personajes. Desde luego, en esta trilogía no pienso matar a ningún personaje bueno más. Ha sido suficientemente doloroso como para comprender que la historia ya no pide más muertes.

Me gustaría darle un adios desde mi blog, pero sería demasiado spoiler para algunas personas que me siguen y me leen. No obstante, aviso: os va a joder mucho. Y lo siento. Lo siento de verdad.

viernes, diciembre 24, 2010

Menos mal que no celebro estas fiestas

Menos mal, en serio, porque sinó iría de culo y cuesta arriba. El domingo pasado estuve ingresada en el hospital unas horas a causa de una bronquitis, asma y un cólico nefrítico. La verdad es que las he pasado canutas y a día de hoy (que no estoy recuperada), entre nauseas, vómitos y una flojera que me tiene en cama, sigo pensando qué diablos estoy haciendo con mi vida y porqué me importa tan poco que ésta pase día tras día sin que haya un mínimo cambio en ella. A lo mejor estoy deprimida y no lo sé. No, no estoy deprimida. Estoy insatisfecha. Esa es la palabra. Insatisfecha con una vida que ni quiero para mí ni para nadie, pero mi pasividad me mantiene encerrada en ella y sin el más mínimo intento de cambiarlo, no sé porqué.  Los deseos deberían cumplirse como en las películas; al menos algunos. Sí, los míos,  aunque sea egoista. Quisiera tener otra personalidad más luchadora, con más voluntad y no tan débil como soy.

En fin, basta de palabras absurdas. Es hora de comer y me esperan en la mesa.

Menos mal que no celebro estas fechas, porque sino... no sería el alma de la fiesta precisamente.

Hoy soñe...

Hoy soñé que tenía una casa en California. Rodeada de jardín por delante y por detrás, y decorada con una valla blanca de madera. A la izquierda de la entrada, en el jardín, habían tres pequeños gnomos rodeados de flores pequeñitas de muchos colores. El buzón era como los americanos, de esos que se sube el aspa cuando el cartero te deja cartas. La casa no era de madera sino de una mezcla de madera y piedrones. Preciosa. Al entrar te encontrabas con un vestíbulo bastante grande y lleno de luz. En uno de los lados tenía un piano que no sabía tocar. Y de frente, subíendo las escaleras nos encontrabamos con las habitaciones. Cinco en total. La mía, mi taller-despacho, y el resto para familiares, amigos... La terraza era inmensa, quizá se pudieran levantar tres o cuatro pisos en ella. Era inmensa. A medida que caminabas podías ver diferentes tipos de asientos, todos bonitos y cómodos para que mi familia estuviese agusto. Al fondo, había levantado un pequeño jardín para darle más vida. Mi taller tenía forma octogonal y todos los muebles estaban hechos a medida, con cajoncitos muy finos y repletos de pequeños compartimentos para las piezas de bisutería. En el otro extremo lucía un escritorio de madera con un portatil y todo lo que necesita un escritor para escribir sus novelas. La ducha de mi baño era casi como el cuarto de baño de mi verdadera casa, inmensa y tenía todo tipo de artilugios para disfrutar de un buen baño. Por los pasíllos -amplios pasillos- te encontrabas con botones que no eran otra cosa sino un sistema hidráulico que activaban algo maravilloso: del techo aparecían maleteros que bajaban hasta mi altura para poder coger las cosas que necesitaba y volver a esconderse en el techo, como si no existiera nada allí. En uno de los armarios empotrados, en el suelo, estaba la entrada al bunker, por los tornados (que no sé si California es zona de tornados, pero en mi sueño, sí). Mi familia estaba visitandome para ver mi nueva casa conseguida con el dinero que me daban mis novelas. Les bajé al bunker para que vieran cómo era. Estaba repleto de comida fresca que no se estropeaba (es un sueño, no preguntéis) y en los ojos de mi familia veía la clara convicción de mudarse para vivir una vida mejor. Yo les explicaba que la casa que había justo enfrente era para ellos, la había comprado para tenerles cerca, a mi lado.

Y entonces, el asma me despertó, recordándome que no era más que un sueño y que tendré que conformarme con la casa que tengo alquilada y con mi pobreza y enfermedades.

Ha sido solo un sueño, pero que sueño, señores.

domingo, diciembre 12, 2010

¡ESTO ES PERSONAL!

¡ME VOY A CAGAR EN TODOS LOS PUTOS GUIONISTAS DEL MUNDO Y EN SU PUTA MANÍA DE MATAR A MIS PERSONAJES FAVORITOS!

¡Joder, que yo me vinculo muchísimo a las series y sus personajes! ¡Dejar ya de joder la marrana!


¡DIOOOOOOOOOOOOOOOOS, QUE CABREO TENGO! ¡ESPERO QUE SE OS CAIGA EL ÁRBOL DE NAVIDAD ENCIMA Y OS PILLE LAS PELOTAS, PEDAZO DE MAMONES SIN SENTIMIENTOS! ¡ASESINOS!

domingo, octubre 24, 2010

Resignación, indignación, renovación

No está siendo un buen mes. Bueno, a decir verdad, llevo meses diciendo lo mismo. La crisis, mi abuela, y mi puta vida que no la soporto. Entre otras cosas, claro.

Han ocurrido cosas buenas, como que nuestra situación económica ha mejorado y ya no tenemos que ducharnos con agua fría. Es un avance, ¿no? Y las ventas de bisutería también han subido. Dos peluquerías quieren mis joyas y ya las tengo listas para entregarlas. Es bueno, muy bueno. Supone más independencia económica y tranquilidad. Pero he descubierto el lado oscuro de la bisutería: y es que, me han pedido tantas cosas para que se vendan en las peluquerías que ha pasado de ser un hobbie-terapia a ser un trabajo. Llevo dos semanas fastidiada por hacer bisutería, dos semanas "pringando" por cuatro euros (sí, cuatro, porque no estoy valorando mi trabajo ni a un 20%, ya que si lo hago, no vendo. La gente no valora la artesanía). Hoy, en dos semanas, he decidido dejar de "trabajar" y hacer una pieza de lo que me saliera de las narices. Aún no está terminada, pero está quedando preciosa. Y la estoy disfrutando. Mucho. Mañana tendré que continuar haciendo detalles para el pelo, y volveré a frustrarme. Pero eso es lo que hago habitualmente: frustrarme.

Por otro lado, el asunto de mi abuela no es que me esté poniendo a prueba. Es que suspendí hace casi dos meses. No soporto el alzheimer. Mis emociones pasan del enfado a la tristeza; de la tristeza a la indignación; de la indignación al enfado; del enfado a la tristeza; de la tristeza... Sé que nadie nace sabiendo, pero tener que ocuparte de una persona con Alzheimer por el resto de su vida es complicado de aceptarlo y no sé como actuar en ciertos momentos. Pero claro, ¿qué vas a hacer? El resto de sus hijos han dicho que no quieren saber nada de ella. Y no la vamos a meter en una residencia, obviamente. Las personas no deberían terminar su vida en un lugar desconocido.

Pasamos una noches terribles porque mi abuela no deja de hacer la maleta pensando que nos vamos de viaje. Eso cuando no retrocede cuarenta años y dice que se tiene que ir porque tiene a sus mellizos en casa y tiene que darles de comer. Sus mellizos murieron tres semanas después de dar a luz. O cuando dice que su marido se ha ido de juerga y que la ha dejado ahí sola y que no sabe volver a casa. Mi abuelo murió hace diez años. Cuando se lo contamos al único hijo que viene a ver a su madre a mi casa, se descojona. Y es cuando me enfurezco. No es un asunto para descojonarse. Es un asunto que amarga a los familiares porque no puedes conversar ni explicar a tu abuela que su marido está muerto y que ahora vive con nosotros. Porque no puedes decirle que sus mellizos murieron casi al nacer. Mi abuela ha tenido un día de lucidez en los últimos cinco años. Fue el sábado pasado. Y se pasó el día llorando y en la cama porque por primera vez ha entendido que su memoria ya no existe. No, no es un tema para descojonarse. Es un tema para llorar. Eso es lo que hacemos en casa; cuando no nos irritamos, lloramos, nos lamentamos y suspiramos. Porque no es justo que una persona acabe así. No es justo. Aunque mi abuela nunca nos haya querido mucho a mis hermanos y a mí. Sigue sin ser justo.

Pero esta indignación, frustración, desesperación -y muchas palabras que terminan en -ión- que siento está siendo canalizada por la escritura. Lo único bueno de todo esto: que vuelvo a escribir cuando había pensado que eso se había terminado para siempre. Escribo lentamente, poco a poco, recuperando el paso y el día a día "escrituril".

Aunque hay días que ni eso basta.

A lo mejor es que exijo demasiado de la vida; a lo mejor es que espero una vida que no merezco. El caso es que desde hace un par de años no soy capaz de levantar la cabeza y cada día me cuesta más levantarme de la cama para volver a vivir un día monótono de cojones.

No sé, pero cada día me siento más personaje secundario de una de mis novelas que ser humano.

lunes, mayo 31, 2010

Final de PCA (Poker Caribean Adventure)

Decepcionada totalmente con el final de este torneo. Desde el momento en el que cayó de la Mesa Final mi adorado D'angelo el torneo perdió un poco de interés para mí pues uno de mis favoritos abandonaba la mesa. Me habría gustado ver un mano a mano entre D'angelo y Reiman, dos pedazo de jugadores que al final, cuando las cosas se pusieron feas, demostraron que los nervios pudieron con ellos.

Una vez fuera casi todos los jugadores, quedaron Ty Reiman (21 años), con 30.000.000 en la mesa; Harrisond Gimbel (19 años), con 19.000.000, y Barry Shulman (63 años), con 1.300.000 de fichas. Shulman consiguió remontarse un poco hasta llevarse casi cinco millones pero con la diferencia de fichas que había entre él y los otros dos jugadores, tuvo que jugarselo en un All In, que por supuesto, perdió ante Gimbel.

Una vez fuera Shulman, comenzó el mano a mano entre mi Reiman y Gilman. Éste último jugador era más agresivo que Reiman y lo demostró con tres All In que acojonaron soberviamente a Reiman. Se puso nervioso y ese fue su final, pues cometió el mayor de los errores que puede cometer un Pokero: no ver el farolazo que se estaba marcando el contrincante. Y todo por los nervios. Gimbel tenía en mesa carta mayor al As; Reiman tenia escalera desde el Flop y el muy gilipollas se acojonó y no fue. De ese modo perdio casi 12.000.000 en la partida y eso terminó por desconcentrarle.

La siguiente jugada fue un All In. Gimbel pareja de 10. Reiman, pareja de 8. En el Flop sale un diez, dando trio a Gimbel. En el Turn salió un 8, dando trio inferior a Reiman. El pescado estaba vendido. Y a menos que saliera un 8 en el River, Reiman quedaría en segundo puesto. La Jota en el River proclamó vencedor de la PCA a Gimbel y a Reiman le deja con la cara echa un cristo cuando durante las ultimas mesas del torneo había sido Lider de fichas.

Esto es el Poker. No importa lo alto que estés. Si el otro jugador sabe mentir mejor, te tirará de tu torre.

Los premios:

Harrison Gimbel: 2.200.000 $

Ty Reiman: 1.750.000 $

Barry Shulman: 1.300.000 $

En este caso no podemos poner en práctica las palabras de Juan Ramón Jiménez "benditos primeros segundos puestos", pues en el Poker nadie se acuerda de los segundos. Solo de los vencedores.

Y el vencedor de este PCA ha sido, con diferencia, Harrison Gimbel, de 19 añitos. Enhorabuena a los premiados.

Y como nota personal: enhorabuena a los vencidos.

domingo, mayo 23, 2010

Lost Season Final

En mi casa todos somos Losties.

miércoles, mayo 05, 2010

Un minuto de silencio por los caídos.

(Si eres fan de Lost o no has visto los últimos episodios: CORRE Y VETE DE AQUÍ).

Me siento triste. Si, esa es la palabra que define mis sentimientos ahora mismo. Son las 23:24 pm y antes de marcharme a la cama quiero expresarlos sin cortarme. Y es que hoy han caido cuatro grandes amigos míos. Mios, y posiblemente tuyos también. Cuatro personas que desde que les conocí robaron mi corazón y me hicieron sentir sensaciones que jamás pensé que podría vivir. Cuatro personas que, por su increible personalidad, me hicieron pensar si no estaría equivocada en muchas ocasiones, cuando me paraba a pensar sobre las cosas de la vida. Personas que consiguieron que acabara creyendo en la posibilidad de que se puede cambiar si es necesario. Me hicieron reir con los chistes que contaban, con su sarcasmo y, a veces, cinismo. Me hicieron llorar cuando sufrían. Mi alma se afligía cuando eran heridos e incluso cuando cometían errores, pero también me demostraban valentía al reconocer sus fallos. Les escuché pedir perdón y me emocioné. Cuatro personas que me sacaban de la rutina un día a la semana. Hasta hoy. Porque han muerto.

Estoy hablando de Said Jarrah, Frank Lapidus, Jin Kwon y su esposa Sun. Cuatro personajes de la serie Lost que han visto sus vidas truncadas por las apetencias de unos guionístas que, si bien son muy buenos, a veces les da por jugar con las emociones de los fan(atico)s como yo y pierden ese respeto que a veces les mostramos.

Cuando vi Lost por primera vez quedé profundamente atada (unida) a las cuarenta y seis personalidades de un grupo de personas que luchaban por vivir en una isla "desierta" tras sufrir un naufragio. En esa isla les torturaron, les atemorizaron, secuestraron, mataron, asesinaron, condenaron, les enloquecieron, les mutilaron, les robaron y les prohibieron ser libres solo por el hecho de ser especiales. Aun así, buscaron la manera de sobrevivir, de reunirse con sus seres queridos que habían colisionado en otra zona de la isla, de convivir con extraños hasta convertirse en verdaderos amigos y luchar contra quien fuera para salvar sus vidas. Se hicieron amigos de aquellos que les torturaron y mataron viendo que se habían equivocado y les pidieron perdón por las atrocidades a las que les sometieron. Hubo redención y perdón. Pero aún así, poco a poco, el grupo fue menguando.

Hoy, seis años después, puedo contar con los dedos de las manos a los supervivientes del vuelo 815 de Oceanic y creo que me sobran cuatro dedos, si no he contado mal. A la serie le quedan cuatro episodios y acostumbrados a ver las caras de persona(je)s que te han hecho feliz durante tantos años, se hace muy duro y difícil asumir que ya no les volverás a ver.

Ya no volveré a escuchar la sabiduría de Said, un hombre entrenado para torturar y matar, aún en contra de su voluntad y que durante el resto de su vida imploró perdon por todo lo que le obligaron a hacer. Y todo por el amor de una mujer que jamás llego a entregarle todo su amor porque se la arrebataron justo cuando consiguió su corazón.

De Frank Lapidus, un hombre que debió morir el día que se estrelló el avión y que, por los caprichos de la vida, ese día no pilotaba. Pero su sentido de la conciencia le obligó a viajar a la isla para salvar a todos los supervivientes.

A Jin Kwon. Un hombre que luchó y vendió su honor y su moral por conseguir a la mujer que más amó en la vida. Un hombre que tuvo que ser humillado por continuar al lado de la persona que le entregó su vida, a pesar de que él era el hijo de un humilde pescador.

De Sun Kwon, una mujer coraje que superó la barrera de la brutalidad de su padre, del tiranismo de su cultura occidental, del maltrato psicológico y que por encima de todo consiguió ayudar a su marido a enfrentarse a sus propios errores y le devolvió el honor y la moral. Una mujer que regresó a la isla para volver a estar al lado de su marido y morir junto a él.

Cuatro persona(je)s que en nuestro corazón existen y siempre existiran.

Si has llegado hasta aquí debo decirte que hablo con el corazón de una fan, de una persona que se adentró en lo profundo de la historia para convertirme en un personaje más de la trama. He llorado, he sufrido, me he enfadado mucho, tanto con algunos personajes como con los guionistas (que al fin y al cabo ellos son los personajes o al menos les dan vida), he sentido cada beso, cada abrazo, cada alegría de ver una vez más a un amigo al que creían muerto. En definitiva: he sido una Lost. Y hoy he perdido a cuatro amigos. Cuatro buenos amigos.

Said Jarrah. Frank Lapidus. Jin Kwon. Sun Kwon.

Námaste.

martes, mayo 04, 2010

"El suicidio es lo normal"

-Hola, buenas tardes.
-Buenas tardes. Síentate, por favor. Te llamas Francisco Martínez. ¿Correcto?
-Así es.
-¿Has traido curriculum?
-Sí, aquí está.
-Umm, interesante. Bueno, cúentame un poquito lo que has hecho. Aquí dice que has trabajado como operador en la empresa de Vodafone.
-Sí.
-¿Y qué tal?
-Bien, mucho estrés, pero bien.
-Trabajaste durante tres meses. ¿Por qué lo dejaste?
-No, no lo dejé. Terminó el contrato.
-¿Y no hubo posibilidad de que te hicieran fijo?
-Bueno, usted trabaja en una ETT. Como bien sabrá, los contratos temporales son los que dominan el ámbito laboral.
-Sí, pero a veces cogen a la gente y les hacen fijos.
-Sí, es cierto. Recuerdo que a mi padre cuando era joven le hicieron fijo en su empresa. De esto hace como veinticinco años. Ahora está jubilado.
-Bueno..., también has trabajado en una fábrica de manipulación de papél. ¿Qué tal este?
-Un buen trabajo.
-Duraste un mes.
-Si, otro trabajo temporal.
-¿Y este? Grabador de datos para el Corte Inglés.
-Un trabajo muy cómodo y bien pagado. Fue una experiencia interesante.
-Un trabajo de dos meses, por lo que veo.
-Así es.
-Veo que tu curriculum está plagado de trabajos de corta duración en los últimos trabajos.
-En efecto.
-Um, me niego a creer que no te hayan querido coger fijo en alguna empresa. ¿Qué crees que falla?
-Los contratos temporales y de fin de obra.
-Ya veo. Díme una cosa: Si te ofreciera un trabajo fijo desde el principio, ¿lo aceptarías?
-Dependería de muchas cosas.
-¿Qué cosas?
-De si es el trabajo en el que quiero echar raices.
-Vaya, vaya. La cosa se va poniendo interesante. ¿Qué trabajo es en el que querrías echar raices?
-Un trabajo que tuviera que ver con mis estudios.
-¡Pero hombre! ¡Eso lo queremos todos!
-Pero usted estudió para trabajar aquí, ¿no?
-Sí, claro.
-Entonces usted ya tiene lo que todos queremos.
-Hombre, exactamente no es lo que yo quiero...
-¿Cuantos años lleva trabajando aquí?
-Once.
-¿Y en once años no ha hecho nada para poder dedicarse a lo que quiere?
-No...
-Esa es la razón por la que yo acepto trabajos temporales. Ese dinero me permite vivir y prepararme para cuando llegue el trabajo al cual dedicaré el resto de mi vida. Por el contrario, si echo raices en un trabajo, serán tan gruesas y tan duras que no podré cortarlas cuando tenga la oportunidad que estoy esperando.
-Pero echar raices en un trabajo es lo normal.
-Echar raices en un trabajo es lo normal si no esperas más de la vida. Pero para una persona que tiene sueños, metas y ganas de alcanzarlas, echar raices en un trabajo es suicidarse lentamente.
-Hombre, tanto como suicidarse lentamente...
-¿Ustéd es feliz en este trabajo?
-...
-¿Lo es?
-...No.
-Lamento decirselo, pero se está suicidando lentamente al aceptar la derrota, creyendo que ha estudiado para ofrecer contratos basura a la gente. Ha echado raices.
-Pero es lo que hace todo el mundo.
-Claro, porque suicidarse lentamente es lo normal. Es el disfraz que la sociedad le ha puesto a la derrota.
-Francisco, me estás rompiendo la moral, macho.
-Lo sé. Por eso yo solo he trabajado temporalmente. Para que mi moral esté intacta.
-Am... Oye, Francisco, ¿tú que has estudiado?
-Psicología.
-"Será cabrón".

lunes, marzo 22, 2010

Nueva template

Me he pasado al menos una hora y media incordiando a Daniel para que me ayudara a elegir el template para el blog. Esta me gusta, el rosa no es mi color ni de coña, pero tiene algo con lo que me siento identificada. Por desgracia tiene una ausencia, que es la de acceder al escritorio con un click. Pero bueno, al menos ya me he decidido por una. Hasta la siguiente, porque me gusta cambiar mucho, aunque no lo parezca.

Bueno, gentes, que descanséis.

lunes, marzo 01, 2010

Retorno al principio

He cambiado la plantilla del blog a la que tenía antes. Por mucho que lo he intentado no lo sentía como mío. Disculpar las molestias que puedan acarrear mis cambios.

sábado, febrero 27, 2010

Hoy...

Hoy es uno de esos días en que piensas qué cojones estás haciendo con tu vida. Y normalmente, la respuesta no es afortunada.

Ha sido un día normal, lleno de nubes feísimas; ha llovido, el viento ha torcido un árbol que lleva más años que yo en Alcobendas. Cuando lo he visto me ha dado la sensación de que me miraba y trataba de decirme que porqué coño tiene que sufrir él las consecuencias de las chorradas del ser humano. Tristemente, le he devuelto la mirada y me encogido de hombros. Porque si no lo sabe él, que sus ancestros tienen miles de trillones de años y estaban aquí antes de que a Dios se le ocurriera crearnos, ¿que le voy a contestar yo, que soy un parásito humano más en este juego que se denomina Vida?

Hoy, la naturaleza ha vuelto a vengarse. Y la ha emprendido con Chile. Mañana será con otro. Y así seguirá hasta que aprendamos la puta lección. Somos como niños de dos años; nos dicen "no te subas ahí que te vas a caer" y por nuestros santos cojones, nos subimos. Y claro, ahora que nos caemos, nos quejamos. Pero no es una queja con pataleta. Es una queja mundial: ¿por qué coño no se le caen las casas a los gobernantes? ¿A los científicos que juegan con seres vivos? ¿A aquellos que juegan a ser Dios? ¿Por qué se le caen solo a los inocentes? La respuesta es fácil: porque tienen bunckers que se han montado con nuestro dinero y nuestra ignorancia. Ahora mismo están cobijados y calentitos en sus casas mientras en Haití aún no han terminado de sacar muertos de los escombros y ahora hay que empezar ha hacer lo mismo en Chile.

Ni siquiera sé porqué escribo estas palabras. He sentido la necesidad de plasmar algo que carcomía mi conciencia y eso es lo que estoy haciendo.

Fuera, en mi calle totalmente sola y sin un alma a la vista, azota el viento fuertemente contra las persianas bajadas de mi terraza, donde me encuentro escribiendo esta absurda entrada de mi blog. ¿Y por qué? No tengo ni idea. Ni siquiera sé si tiene coherencia algo de lo que escribo. Más digo, no sé porqué he empezado mi entrada con esa primera frase.

Hoy han muerto muchas vidas. Vidas que significaban mucho para otras personas. Y mientras tanto, mientras yo veo un par de minutos las noticias de la tele y me entero de las nuevas fechorías que está realizando el viento tosco, me pregunto qué cojones estoy haciendo con mi vida, sabiendo que mañana podría ser el último. Y la respuestas es: nada. ¿Es eso lo que querría que pensaran mis familiares de ser mañana mi último día? Puff, la verdad, creo que me revolvería en mi propia tumba de solo pensarlo.

Creo que a donde quiero ir a parar con esta absurda entrada es que la oportunidad que se nos ha dado como seres humanos es más grande que todo el oro, el puto petroleo que tanto está destruyendo el corazón humano, e incluso mucho mas que nuestro privilegiado cerebro. Y esa oportunidad es la de vivir. La vida. Con lo cara que cuesta, lo difícil que es vivirla e imposible recuperarla una vez fuera de combate, y nosotros desperdiciándola. No me extrañaría que Dios, ahora mismo, estuviera aprentando los dientes con rabia de ver como la tiramos por la borda sin hacer nada.

Pero, incluso después de todas estas palabras, de intentar alcanzar una conclusión a toda esta tontería que está saliendo de mi cabeza, mi pregunta sigue siendo la misma del principio: ¿Qué coño estoy haciendo con mi vida?

Puede que mañana llegue la respuesta.

miércoles, febrero 17, 2010

Atlantis me dice que no

Bueno, pues, Atlantis me ha dicho que no. Dice que mi novela está harta de errores e incongruencias. QUe habría que cambiar la forma y el contenido para poder llegar a un público más amplio.

Lo curioso es que apenas me ha afectado emocionalmente. La vez anterior, con Génesis, me llevé un chasco terrible y estuve meses sin escribir. En esta ocasión, supongo que me lo esperaba un poco. No me han herido el ego. Eso es bueno.

Lo que si estoy viendo cada vez más, es que tengo menos futuro como escritora que el Fari cantando Heavy. A lo mejor mi camino no es el reconocimiento en un futuro, sino el escribir en el anonimato y hacer pasar un rato majo a mis familiares y amigos con mis historias. Aunque eso tiene un problema: Ninguno me lee.

Cawento.

sábado, febrero 13, 2010

Libro solidario para las víctimas del terremoto de Haití.

Hola.

Me tomo un momento para comentaros que un grupo escritores de mas de doscientas personas hemos participado en la preparación de un libro de relatos para recaudar dinero para las víctimas de Haití. Se trata de una iniciativa de Librovirtual.org y nos han pedido que lo movamos un poco para que llegue a cuantos más mejor.

El libro se puede comprar en papel, en pdf, en e-book y otros formatos. Os dejo los links para acceder a ello. Si pudierais enviar los links a otras personas que conozcais y pudiera interesarles, será genial.

En papel:

http://www.bubok.com/libros/169478/Libro-Solidario-para-ayudar-a-las-victimas-del-terremoto-de-Haiti

En formato pdf, lrf, e-book:

http://www.librovirtual.org/librosolidario.php

domingo, febrero 07, 2010

NO al daño a propósito

Pese al daño que me han hecho estos días en Bubok, y que no perdono, ni perdonaré en mucho tiempo, sé reconocer las cosas, aunque mi orgullo no me permite decirlo en voz alta.

He retirado mi novela Génesis de todas las páginas en las que se podía comprar o leer gratuítamente. Pese a la decena de veces que la he corregido sigue habiendo errores gramaticales y en contra de lo que se me ha acusado, intento tener mis obras lo más perfectamente que sé hacer, porque me gusta la perfección. Otra cosa es que mis conocimientos me lo permitan. Y como veo que no, lo mejor es mantenerlas guardadas hasta que pueda conseguir alguien que me ayude con la correción de mi obra.

La persona que, en mi opinión, me ha atacado directamente, podía haberse ahorrado sus palabras dolorosas y haberme explicado cómo mejorar mi obra; cosa que han hecho algunas personas que me han leido y me han ayudado a corregir fallos. Por tanto, su manera de criticar mi forma de escribir la considero del todo nula, pues más que constructivo ha sido destructivo. Y a este tipo de críticas las rechazo por no aportarme nada positivo.

No se trata de ego, como han marcado otros. Diría más bien que es la no aceptación de un insulto en público, que se podría haber evitado en todos los aspectos. No perdono el daño a propósito. No existe fin alguno para hacerlo salvo el de hacer crecer el ego del que ataca. Y precisamente por esto, ni lo acepto ni lo tolero.

viernes, febrero 05, 2010

INVICTUS

En la noche que me envuelve
negra, como un pozo insondable,
doy gracias al dios que fue
por mi alma inconquistable.

En las garras de las circunstancias
no he gemido ni llorado
anta las puñaladas del azar.

Si bien he sangrado
jamás me he postrado.

Más allá de este lugar de ira y llantos
acecha la oscuridad con su horror.

No obstante, la amenaza de los años me halla;
y me hallará. Sin temor.

Ya no importa cuan recto haya sido el camino
ni cuantos castigos lleve a la espalda.

Soy el amo de mi destino.

Soy el capitán de mi alma.


William Ernest Henley

martes, febrero 02, 2010

Escribir es dejar de ser escritor

Hece unos días, en Bubok, un compañero dejó este artículo de otra persona que me parece que no tiene desperdicio alguno. Os lo copio par que podáis leerlo. Un saludo.

Escribir es dejar de ser escritor

Muchas veces me he visto obligado a contestar a la pregunta de por qué escribo Al principio, cuando era muy joven y tímido, utilizaba la breve respuesta que daba André Gide a esa pregunta y contestaba: «Escribo para que me lean.»

Si bien es cierto que escribo para que me lean, con el tiempo he aprendido a completar con otras verdades mi sincera respuesta a la pregunta de por qué escribo. Ahora, cuando me hacen la inefable pregunta, explico que me hice escritor porque 1) quería ser libre, no deseaba ir a una oficina cada mañana, 2) porque vi a Mastroianni en La noche de Antonioni; en esa película -que se estrenó en Barcelona cuando tenía yo dieciséis años- Mastroianni era escritor y tenía una mujer (nada menos que Jeanne Moreau) estupenda: las dos cosas que yo más anhelaba ser y tener

Casarse con una Jeanne Moreau no es fácil, tampoco lo es ser realmente un escritor. Por aquellos días, yo tenía una vaga idea de que no era sencillo ni una cosa ni la otra, pero no sabia hasta qué punto eran dos cosas muy complicadas, sobre todo la de ser escritor

Yo vi La noche y empecé a adorar la imagen pública de esos seres a los que llamaban escritores. Me gustaron, en un primer momento, Boris Vian, Albert Camus, Scott Fitzgerald y André Malraux. Los cuatro por su fotogenia, no por lo que hubieran escrito. Cuando mi padre me preguntó qué carrera pensaba estudiar -é1 tenía la callada ilusión de que yo quisiera ser abogado-, le dije que pensaba ser como Malraux. Recuerdo la cara de estupor de mi padre, y también recuerdo lo que entonces me dijo: «Ser Malraux no es una carrera, eso no se estudia en la universidad.»

Hoy sé muy bien por qué deseaba ser como Malraux. Porque ese escritor, además de tener una expresión de hombre curtido, se había construido una leyenda de aventurero y de hombre no reñido con la vida, esa vida que yo tenía por delante y a la que no quería renunciar Lo que en esos días yo no sabía era que para ser escritor había que escribir, y además escribir como mínimo muy bien, algo para lo que hay que armarse de valor y, sobre todo, de una paciencia infinita, esa paciencia que supo describir muy bien Oscar Wilde: «Me pasé toda la mañana corrigiendo las pruebas de uno de mis poemas, y quité una coma. Por la tarde, volví a ponerla.»

Todo esto lo explicó muy bien Truman Capote en su célebre prólogo a Música para camaleones cuando dijo que un día comenzó a escribir sin saber que se había encadenado de por vida a un noble pero implacable amo: «Al principio fue muy divertido. Dejó de serlo cuando averigüé la diferencia entre escribir bien y escribir mal; y luego hice otro descubrimiento más alarmante todavía: la diferencia entre escribir bien y el arte verdadero; es sutil pero brutal.»

Así pues, yo en esos días no sabía que para ser escritor había que escribir, y además había que escribir como mínimo muy bien. Pero es que, por no saber, ni sabía que era preciso renunciar a una notable porción de vida si se quería realmente escribir Por no saber, ni sabía que escribir, en la mayoría de los casos, significa entrar a formar parte de una familia de topos que viven en unas galerías interiores trabajando día y noche. Por no saber, ni sabía que iba a acabar siendo escritor, pero un tipo de escritor alejado de la figura de Malraux, pues me esperaban aventuras, pero más del lado de la literatura que de la vida.

Pero escribir vale la pena, no conozco nada más atractivo que la actividad de escribir, aunque al mismo tiempo haya que pagar cierto tributo por ese placer. Porque es un placer y es -como decía Danilo Kis- elevación: «La literatura es elevación. No inspiración, les ruego. Elevación. Epifanía joyceana. Es el instante en que se tiene la impresión de que, en toda la nulidad del hombre y de la vida, hay de todos modos unos cuantos momentos privilegiados, que hay que aprovechar. Es un don de Dios o del diablo, poco importa, pero un don supremo.»

Hoy en día, con el auge de la nueva narrativa española, se dan entre nosotros dos tipos de escritores jóvenes, de escritores principiantes: por una parte, están los que no ignoran que se trata de un oficio duro y paciente, un oficio en el que se avanza en tinieblas y le obliga a uno a jugarse la vida, a arriesgar (como decía Michel Leiris) la vida como lo hace un torero; por otra parte, están los que ven en la literatura una carrera y buscan el dinero y la fama como primer objetivo de su trabajo.

No tengo alma de predicador y, además, no quiero desanimar ni a unos ni a otros, de modo que citaré de nuevo a Oscar Wilde, citaré ese consejo que le dio a un joven al que le habían dicho que debía comenzar desde abajo: «No, empieza desde la cumbre y siéntate arriba.» Gabriel Ferrater lo dijo de otra forma: «Un escritor es como un artillero. Está condenado, lo sabemos todos, a caer un poco más abajo de su meta. Por ejemplo, si yo pretendo ser Musil y caigo un poco más abajo, pues ya es bastante más arriba. Pero si pretendo ser como un autor de cuarta fila...»

Un escritor debe tener la máxima ambición y saber que lo importante no es la fama o el ser escritor sino escribir, encadenarse de por vida a un noble pero implacable amo, un amo que no hace concesiones y que a los verdaderos escritores los lleva por el camino de la amargura, como muy bien se aprecia en frases como esta de Marguerite Duras: «Escribir es intentar saber qué escribiríamos si escribiésemos.»

Plantearse escribir es adentrarse en un espacio peligroso, porque se entra en un oscuro túnel sin final, porque jamás se llega a la satisfacción plena, nunca se llega a escribir la obra perfecta o genial, y eso produce la más grande de las desazones. Antes se aprende a morir que a escribir. Y es que (como dice Justo Navarro) ser escritor, cuando ya se sabe escribir, es convertirse en un extraño, en un extranjero: tienes que empezar a traducirte a ti mismo. Escribir es hacerse pasar por otro, escribir es dejar de ser escritor o de querer parecerte a Mastroianni para simplemente escribir, escribir lo que escribirías si escribieras. Es algo terrible pero que recomiendo a todo el mundo, porque escribir es corregir la vida -aunque sólo corrijamos una sola coma al día-, es lo único que nos protege de las heridas insensatas y golpes absurdos que nos da la horrenda vida auténtica (debido a su carácter de horrenda, el tributo que debemos pagar para escribir y renunciar a parte de la vida auténtica no es pues tan duro como podría pensarse) o bien, como decía Italo Svevo, es lo mejor que podemos hacer en esta vida y, precisamente por ser lo mejor, deberíamos desear que lo hiciera todo el mundo: «Cuando todos comprendan con la claridad con que yo lo hago, todos escribirán. La vida será literaturizada. La mitad de la humanidad se dedicará a leer y a estudiar lo que la otra mitad de la humanidad habrá escrito. Y el recogimiento ocupará la mayor parte del tiempo que será así arrebatado a la horrible vida verdadera. Y si una parte de la humanidad se rebelase y se negase a leer las lucubraciones de los demás, mucho mejor. Cada uno se leería a sí mismo.»

Leyendo a los otros o a nosotros mismos, poco margen veo yo para estallidos bélicos y mucho en cambio para la capacidad de un hombre para respetar los derechos de otro hombre, y viceversa. Nada menos agresivo que un hombre que baja la vista para leer un libro que tiene en sus manos. Habría que partir a la búsqueda de ese recogimiento universal. Se me dirá que se trata de una utopía, pero sólo en el futuro todo es posible.

Enrigque Vila-Matas

viernes, enero 22, 2010

Cambio de aspecto

No os asustéis, no os habéis equivocado de blog. Sencillamente he puesto otra plantilla. Ayer lo intenté con plantillas personalizadas pero perdía toda la información que tengo a mi izquierda, así que tendré que continuar con los templates feos de Blogger. Bueno, este no está mal. Visto lo visto...

sábado, enero 16, 2010

Email de una amiga

Hoy he recibido el email de una actriz y a la que considero amiga mía que trabajó conmigo en el cortometraje de Sábanas blancas. En el habla de mi novela Vivir en consecuencia. Os los publico para que veais como me quieren.

Hola Ya he leido tu novela me ha encantado y me ha tenido nerviosa y deseando de coger el libro en cualquier momento, pues ha desatado mi atencion cosa que cuando no me engancha lo dejo y punto y eso que me considero buena lectora.
No se que parte de la historia eres tu, me come la curiosidad. Pero si te digo que todo el relato te ponia cara.
Sigue por favor y yo siempre querre leerte.
Bueno recordarte que si un dia entro en el perfil de alguno de tus personajes estare encantada de hacerlo.
Muuuuchos besos preciosa.

Comentario sobre mi novela Génesis.

Génesis, de Rebeca Rodríguez R.. Novela de ritmo trepidante y misterio que engancha al lector a seguir las aventuras de su joven protagonista. Jeriel es una niña especial. Mover objetos con la mente, cicatrizar casi instantáneamente y disponer de un aprendizaje diferente a los demás despertaría la atención de cualquiera. Sin embargo, sus padres no opinan lo mismo. Creen que Jeriel es un demonio que perturba el alma de la pequeña.

La fuente:

http://networkedblogs.com/p24449432

martes, enero 05, 2010

De camino a Atlantis

Bueno, pues he enviado Vivir en consecuencia a Atlantis. Tardarán tres meses en responder, pero... ajo y agua.

Mientras tanto sigo con Sol oscuro (dios, me encanta esta novela) a ver si la termino en pocos meses. Que ganas de terminar la trilogía, aunque cuando lo pienso suspiro con tristeza.

Bueno, besos a todos.
 

Una pluma sin tintero Copyright © 2010 | Designed by: Compartidisimo