domingo, febrero 07, 2010

NO al daño a propósito

Pese al daño que me han hecho estos días en Bubok, y que no perdono, ni perdonaré en mucho tiempo, sé reconocer las cosas, aunque mi orgullo no me permite decirlo en voz alta.

He retirado mi novela Génesis de todas las páginas en las que se podía comprar o leer gratuítamente. Pese a la decena de veces que la he corregido sigue habiendo errores gramaticales y en contra de lo que se me ha acusado, intento tener mis obras lo más perfectamente que sé hacer, porque me gusta la perfección. Otra cosa es que mis conocimientos me lo permitan. Y como veo que no, lo mejor es mantenerlas guardadas hasta que pueda conseguir alguien que me ayude con la correción de mi obra.

La persona que, en mi opinión, me ha atacado directamente, podía haberse ahorrado sus palabras dolorosas y haberme explicado cómo mejorar mi obra; cosa que han hecho algunas personas que me han leido y me han ayudado a corregir fallos. Por tanto, su manera de criticar mi forma de escribir la considero del todo nula, pues más que constructivo ha sido destructivo. Y a este tipo de críticas las rechazo por no aportarme nada positivo.

No se trata de ego, como han marcado otros. Diría más bien que es la no aceptación de un insulto en público, que se podría haber evitado en todos los aspectos. No perdono el daño a propósito. No existe fin alguno para hacerlo salvo el de hacer crecer el ego del que ataca. Y precisamente por esto, ni lo acepto ni lo tolero.

3 comentarios:

Lola Montalvo dijo...

Nadie se merece una crítica destructiva, así, a pelo, frente al gran público... Quizá esa persona no tuvo conciencia de estar haciendo nada malo o molesto, pero debemos pensar más a menudo en el efecto de nuestras palabras en los demás, pensar más en el dolor que pueden causar, sea cual sea la intención primera.
No te desanimes, Rebeca, errores ortográficos -que no faltas- o gramaticales cometemos todos en mayor o menor medida y hasta el mejor escribano echa un borrón.
Besos miles, amiga.

tio antonio dijo...

Hola. Una vez asistí, a un curso de dependiente de comercio. El profesor nos dijo: "El cliente que protesta, es tu amigo. Te está señalando lo que haces mal". Desde entonces, tomo nota de esa frase. A mí las críticas me duelen, como al que más, pero si veo que la persona tiene razón, me muerdo la lengua. Pero si es un patoso que habla por hablar, no le hago caso.

Mucha suerte con el libro.

Saludos.

Rebeca.rodriguez.r dijo...

Aún así, tio Antonio, sepa o no sepa de lo que se habla, hay que cuidar un poco el tacto porque las personas tenemos sentimientos. Y se pueden herir con facilidad. Y no se sabe que puede ocurrir una vez heridos. Cuando hice el curso de Dirección de cine, el profesor recalcó numerosas veces que cuando hicieramos casting a los actores nunca les trataramos mal ni les humillaramos, ni ofendieramos. Porque no sabemos si ese actor está quemado por tantas hostias en los castings o incluso que sea al último que quiere presentarse porque está cansado de que le digan "no". Por eso, hay que tener cuidado con lo que se dice, ya que puede que un escritor, actor, o lo que sea, esté tan quemado que eso sea la gota que colma el vaso. Incondicionalmente de que tenga razón en lo que diga o no. "Si al hablar no has de agradar, es mejor callar".

 

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