sábado, enero 01, 2011

Aquí, en mi tierra convertida en cenizas

Ya casi han pasado las fiestas (gracias al tiempo, porque quieras o no, pasa indiscutiblemente y si dice que se acaban las fiestas, se acaban) y comienzo a recuperarme. Hoy casi no he vomitado. Guay, no? He comido una pinchada de pavo, un yogurt, media cocacola y a esperas de que mi madre me haga algo que me entre por los ojos, porque es la única manera de alimentar este cuerpo enfermo. Lo demás, lo vomito todo.

Llevo un mes enferma. Un mes. ¿Sabéis lo que es estar un mes en cama? Sin poder levantarte porque tu cuerpo apenas puede mantenerse de pie. Algo de fiebre  (que gracias a Dios, no soy de fiebre, sino iba de culo), vomitando a todas horas; con unos dolores nefríticos de la hostia; un asma que casi acaba conmigo; miles de pastillas, una hermana preocupada, una madre algo ausente, un "yo" hasta los cojones de estar enferma, un... santo cielo, ¡que puto mes de mierda! ¡Y me dicen que me quejo! Pero ¡leches! cómo se nota que no han sido ellos los que dejaban su vida en una vomitera. En resumen, he tenido un mes de enfermedades morroconudo. Y entre tantas horas en la cama sin poder moverme, mi mente si ha podido trabajar un poco. Hoy, que ya casi no vomito, he tomado la resolución de que la bisutería va a formar parte de mi vida de manera secundaria. Se acabó echar horas y horas en algo que no pretendo como negocio ni como vocación. Yo soy escritora y me debo a mi vocación. Mi verdadera vocación. La única cosa que me convierte en un ser feliz.

Soy escritora y voy a centrarme en ello. Se acabó lo de soñar con un sueño. Tengo una meta y debo alcanzarla. Tengo un don y debo explotarlo. Tengo una gran cualidad y debo desarrollarla al máximo.

Y que sepáis, que aunque no me dejáis comentarios, sé que algunos me leeis y os quiero mucho. Aunque lo diga una o dos veces cada tres años. Que sí, que os quiero.

Y me voy a cenar, que estoy muerta de hambre.

0 comentarios:

 

Una pluma sin tintero Copyright © 2010 | Designed by: Compartidisimo