jueves, diciembre 30, 2010

Escritor, que escribes...

Hoy voy a hablar de escritura. De escritores, de escritura y de la puta mala vida que nos dan a los que nos lo tomamos como algo muy serio.

Acabo de recibir el email de Bubok sobre el tercer concurso de Bubok y Alfaguara. Y debo reconocerlo: mi sueño es publicar en Alfaguara. Nada de Planeta ni hostias en vinagre. No, no. Alfaguara. Una de las mejores editoriales en la que puede comenzar una escritora desconocida como soy yo, por poner un ejemplo. En las bases prometen dos mil euros de los que tendríamos que descontar los impuestos y la SS. Sin contar los tres ejemplares que tengo que mandar maquetados y encuadernados. Mis novelas no bajan de las 500 páginas. Unos treinta euros por ejemplar, mas gastos de envio. Más de cien pavos. Vamos, que a esos dos mil euros le quitas los impuestos, la SS, el gasto de los ejemplares y seguro que te aplican otros gastos por imbécil. De esos dos mil euros te quedan unos mil setecientos, luego tienes que ir a buscar el premio, comprarte un vestido para recogerlo. Alguna que otra entrevista que te hagan, pues tú te pagas el viaje y los gastos de hotel. De los dos mil euros te quedan al final unos mil doscientos, tirando mucho para arriba.

Señores, me he gastado más dinero en clinex para secar las lágrimas que he tenido que derramar por insultos como el que se proponen Alfaguara y Bubok. ¿Porqué no dejan de tomarnos el pelo a los escritores y comienzan a valorarnos un poco más, panda de vándalos? ¡Somos escritores! ¡Escritores! No nos dedicamos a rellenar páginas de word con lo primero que nos viene a la cabeza. No. Diseminamos cada frase que creamos en nuestra cabeza y la estudiamos al fondo para ver si es correcta, completa, si explica lo que queremos decir y si llegamos al alma del lector, que ese es nuestro verdadero trabajo. ¡Somos escritores! Cuando terminamos una novela tenemos que asistir a un alumbramiento y a un funeral, todo a la vez. Después debemos someternos a la dura crítica de los amigos, familiares y conocidos para que nos digan si tenemos futuro como escritores o no (porque es mejor aguantar un NO de un familiar que de una editorial). Después de recibir el palo de que les guste o no (porque ambos son un palo tremendo para un escritor) tenemos que abandonar a nuestro hijo en un cajón para el consiguiente olvido de lo que hemos escrito y así poder verlo desde unos "ojos nuevos", más limpios. Seis meses a lo poco. Y cuando la sacas del cajón y le quitas la capa de polvo que ha recogido durante esos meses, te cagas encima antes de abrir el borrador, porque no recuerdas lo que has escrito y si era bueno o si perdiste cuatro años escribiendo una bazofia. Lo lees y descubres que ahí hay talento. Que ese libro puede pasar el filtro editorial y porqué no, vender un par de ediciones (que ya son muchas, eh?). Te preparas para lo que se avecina: gastarte una pasta para imprimir tu libro, enviarlo a tres o cuatro editoriales que acepten tu género y esperar meses a que te respondan con un "juegue al warcraft. Seguro que se le da mejor". Y entonces descubres que has tirado cuatro años de tu vida porque un cabrón se cree con derecho a decirte que no vales como escritor. Te hunde en tu mierda de mundo lleno de ilusiones y aventuras que deseas contar a otros con todas tus ganas, con la mejor manera que sabes hacerlo: escribiendo. Te tiras tres meses llorando porque has dejado de creer en ti. Y se van acumulando los tickets de los clinex comprados para secar esas lágrimas que puede que merezcas, puede que no. Yo creo que nadie debe llorar por culpa de otro, pero en fin. Entonces, un día ves un poco de claridad en ese día tan sombrío y decides intentarlo de nuevo, con otra novela, mejorar como escritor y darlo todo por nada. POR NADA, se lee bien, no? O debo repetirlo de nuevo para que se capte? DARLO TODO POR NADA. Otros cuatro años para una nueva novela que no sabes si gustará o no. Y entonces, viene Bubok con Alfaguara y te dicen que te presentes a su concurso por mil doscientos euros que es lo que he ganado yo por ser aux. de administrativo en otros años. Y es cuando me pregunto si es que ahora el escritor es una mierda que ya no tiene valor por crear y hacerte volar a ti a otro mundo en el que tu posees la verdad entre tus manos durante unas pocas horas, o es que el mundo se ha vuelto loco y se le paga dinero a aquellos que corren detrás de una pelota. Pero al que crea mundos y te permite vivir sus aventuras que le den mierda, si es que se la dan.

Muchos ansían ser millonarios con sus palabras. Yo reconozco que alguna vez he soñado con ello. Pero realmente quiero ser escritora profesional, ganar treinta céntimos por la venta de un ejemplar e ir subiendo puestos en el ranking hasta construir mi pequeño mundo real. Poder ver mis novelas en Lafnac o El Corte Inglés y sentir como se me empañan los ojos al ver allí mi trabajo. Mi esfuerzo. La falta de sueño a causa de una historia bien contada. Y miles de cosas más que solo si eres escritor puedes comprender. Pero ahí nos tenéis, ofreciendonos mil doscientos euros con la pérdida de derechos sobre nuestra obra (cosa que es ilegal, a ver si lo vais captando cuando escribís las bases) y encima queriendonos hacer creer que nos estáis haciendo un puto favor.

En serio, ¿tanto miedo os damos?

domingo, diciembre 26, 2010

Matar personajes...

Hace unos días mis enfermedades me dieron una pequeña tregua y me puse a escribir como una posesa. Llegué a una parte de la historia que requería matar a uno de los personajes principales y que más aprecio en la trilogía. ¿os podéis creer que durante tres días he estado deprimida por esta causa? Soy consciente de que estoy muy débil y que cualquier cosa ahora mismo me afecta como si fuera un mundo. Es lo que tienen las enfermedades. Pero yo sabía que iba a pasar algo así cuando llegara a ese momento en la historia. En el próximo capítulo toca enterrarlo con Honores de Estado, y después llorar su pérdida.

Matar personajes no mola nada de nada. Me entristece mucho. Me pregunto si Rowling lloró cuando mató a Sirius o a Dumbledore. o a Fred, Hedwich, entre otros... No creo, esa mujer es muy fría.

En fin, espero que en próximas novelas no me dé por matar personajes. Desde luego, en esta trilogía no pienso matar a ningún personaje bueno más. Ha sido suficientemente doloroso como para comprender que la historia ya no pide más muertes.

Me gustaría darle un adios desde mi blog, pero sería demasiado spoiler para algunas personas que me siguen y me leen. No obstante, aviso: os va a joder mucho. Y lo siento. Lo siento de verdad.

viernes, diciembre 24, 2010

Menos mal que no celebro estas fiestas

Menos mal, en serio, porque sinó iría de culo y cuesta arriba. El domingo pasado estuve ingresada en el hospital unas horas a causa de una bronquitis, asma y un cólico nefrítico. La verdad es que las he pasado canutas y a día de hoy (que no estoy recuperada), entre nauseas, vómitos y una flojera que me tiene en cama, sigo pensando qué diablos estoy haciendo con mi vida y porqué me importa tan poco que ésta pase día tras día sin que haya un mínimo cambio en ella. A lo mejor estoy deprimida y no lo sé. No, no estoy deprimida. Estoy insatisfecha. Esa es la palabra. Insatisfecha con una vida que ni quiero para mí ni para nadie, pero mi pasividad me mantiene encerrada en ella y sin el más mínimo intento de cambiarlo, no sé porqué.  Los deseos deberían cumplirse como en las películas; al menos algunos. Sí, los míos,  aunque sea egoista. Quisiera tener otra personalidad más luchadora, con más voluntad y no tan débil como soy.

En fin, basta de palabras absurdas. Es hora de comer y me esperan en la mesa.

Menos mal que no celebro estas fechas, porque sino... no sería el alma de la fiesta precisamente.

Hoy soñe...

Hoy soñé que tenía una casa en California. Rodeada de jardín por delante y por detrás, y decorada con una valla blanca de madera. A la izquierda de la entrada, en el jardín, habían tres pequeños gnomos rodeados de flores pequeñitas de muchos colores. El buzón era como los americanos, de esos que se sube el aspa cuando el cartero te deja cartas. La casa no era de madera sino de una mezcla de madera y piedrones. Preciosa. Al entrar te encontrabas con un vestíbulo bastante grande y lleno de luz. En uno de los lados tenía un piano que no sabía tocar. Y de frente, subíendo las escaleras nos encontrabamos con las habitaciones. Cinco en total. La mía, mi taller-despacho, y el resto para familiares, amigos... La terraza era inmensa, quizá se pudieran levantar tres o cuatro pisos en ella. Era inmensa. A medida que caminabas podías ver diferentes tipos de asientos, todos bonitos y cómodos para que mi familia estuviese agusto. Al fondo, había levantado un pequeño jardín para darle más vida. Mi taller tenía forma octogonal y todos los muebles estaban hechos a medida, con cajoncitos muy finos y repletos de pequeños compartimentos para las piezas de bisutería. En el otro extremo lucía un escritorio de madera con un portatil y todo lo que necesita un escritor para escribir sus novelas. La ducha de mi baño era casi como el cuarto de baño de mi verdadera casa, inmensa y tenía todo tipo de artilugios para disfrutar de un buen baño. Por los pasíllos -amplios pasillos- te encontrabas con botones que no eran otra cosa sino un sistema hidráulico que activaban algo maravilloso: del techo aparecían maleteros que bajaban hasta mi altura para poder coger las cosas que necesitaba y volver a esconderse en el techo, como si no existiera nada allí. En uno de los armarios empotrados, en el suelo, estaba la entrada al bunker, por los tornados (que no sé si California es zona de tornados, pero en mi sueño, sí). Mi familia estaba visitandome para ver mi nueva casa conseguida con el dinero que me daban mis novelas. Les bajé al bunker para que vieran cómo era. Estaba repleto de comida fresca que no se estropeaba (es un sueño, no preguntéis) y en los ojos de mi familia veía la clara convicción de mudarse para vivir una vida mejor. Yo les explicaba que la casa que había justo enfrente era para ellos, la había comprado para tenerles cerca, a mi lado.

Y entonces, el asma me despertó, recordándome que no era más que un sueño y que tendré que conformarme con la casa que tengo alquilada y con mi pobreza y enfermedades.

Ha sido solo un sueño, pero que sueño, señores.

domingo, diciembre 12, 2010

¡ESTO ES PERSONAL!

¡ME VOY A CAGAR EN TODOS LOS PUTOS GUIONISTAS DEL MUNDO Y EN SU PUTA MANÍA DE MATAR A MIS PERSONAJES FAVORITOS!

¡Joder, que yo me vinculo muchísimo a las series y sus personajes! ¡Dejar ya de joder la marrana!


¡DIOOOOOOOOOOOOOOOOS, QUE CABREO TENGO! ¡ESPERO QUE SE OS CAIGA EL ÁRBOL DE NAVIDAD ENCIMA Y OS PILLE LAS PELOTAS, PEDAZO DE MAMONES SIN SENTIMIENTOS! ¡ASESINOS!
 

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