miércoles, septiembre 09, 2009

Próxima parada... Editoriales

Bueno, como todos sabéis, hace poco publiqué mi primera novela Génesis, en una editorial poco tradicional, y que esto era temporal. Pues bien, hace unos días comencé la Operación editoriales, que consiste básicamente en intentar gustar a alguna editorial y que me publiquen. Vamos, lo que miles de escritores llevan intentando mucho tiempo. La he enviado a una famosa editorial (Del cual no diré su nombre porque yo no me mojo con dar publicidad gratuita hasta que no tenga un contrato) y hoy les he llamado para ver si lo habían recibido. Me han dicho que la están leyendo y que en dos semanas, se pondrán en contacto conmigo para darme una respuesta. La verdad es que el trato ha sido muy agradable. Esperaba a alguien seco y tajante. Todo lo contrario, una señorita muy simpática.

Ahora toca esperar. Como yo soy muy negativa (que no es malo, por mucho que la gente diga que si), el no ya le tengo. Así que si me la rechazan, pues oye, ya me lo esperaba y no pasa na'. Pero si me dicen que si, pues a lo mejor hasta hago una fiesta. Pero seamos francos y objetivos: es muy raro que te digan que si a la primera.

Y este tema me lleva a otro. Me sabe muy mal tener que hablar de la autoedición. He intentado buscar la definición de dicha palabra compuesta y no la he encontrado, aunque siendo tan vaga como soy para buscar en internet, seguramente no he encontrado nada porque no he buscado lo suficiente. Sin embargo, por lo que he podido leer sobre la autoedición, he podido comprobar que su significado a la hora de ponerlo en práctica no es el mismo que yo tenía en la cabeza. Para mi, autoeditar, es pagar para que te lean. Ampliando un poco mas, te has matado a escribir a editoriales y todas te han dicho que no o que están hasta arriba de curro. Desesperado, rompes la hucha (o coges la tarjeta de crédito) y pones todo tu patrimonio en manos de una editorial para que, de una puta vez, tu obra sea publicada. Luego está la posibilidad de que te engañen, como le ocurre a un noventa por ciento de los escritores que autoeditan.

Bien, eso es lo que siempre he pensado que era la autoedición y por eso siempre he huido de ella. Porque para mi, autoeditar, es convertir a tu obra ( normalmente la llamo hijos, porque al fin y al cabo llevan el mismo proceso que un embarazo hasta que los das a luz) en una puta de calle. Porqué digo esto? Sencillamente porque es la opinión que tengo y nadie me va a hacer cambiar mi postura. Pagas para que te lean. Porque las editoriales tradicionales no apuestan por ti, me da igual la razón que tengan para rechazarte. Me da lo mismo si eres mal escritor, si tu novela no tiene tirón, o si eres un plagiador de novelas. Me la suda. No te quieren. Y entonces, que haces? "invertir" en tu hijo. Suena precioso, eh? Normalmente, respeto a la gente que autoedita, es su decisión y cada uno hace con sus "hijos" lo que quiere. Pero tengo que reconocer que cuando me entero de que alguien ha autoeditado no puedo evitar pensar que ha tenido que pagar para que le den una oportunidad. En serio, suena pérfido, pero es mi opinión.

Pero, ¿porqué hablaba de autoedición? Como he dicho en el anterior párrafo, eso es autoedición para mi. Mi opinión es mas extensa, pero no me apetece hacer de este post un Don Quijote. Así que continuaré. Parece ser, por lo que he podido leer en internet, autoeditar no solo conlleva el poner tus escasos ahorros para que te den una oportunidad, sino que tambien implica cualquier tipo de publicación, ya sea en revistas literarias virtuales, paginas como Lulú.com o Bubok.com, o en los típicos fanzine que abundan tanto a día de hoy. Es decir, que el hecho de no poner un puto duro para que tu obra sea pública, no significa que no estés autoeditando. Parece ser que si tu subes tu obra a una de estas páginas y cobras por las ventas, es una autoedición en toda regla. A mi me falla este argumento, quiero decir, el acto es el mismo que cuando publicas tradicionalmente: cobras por ejemplar vendido y por derechos de autor. Pero es lo que dice en internet.

Esto me sube el reflujo por la garganta. ¿Porqué? Porque señores, señoras, mi novela está publicada en Bubok.com. Y si realmente, autoeditar significa subir tu obra a una página y cobrar por las ventas, es irrefutable este hecho: He autoeditado sin ser consciente de ello.

Como bien entenderéis, ser consciente a estas alturas de semejante hecho, me produce úlcera y me encabrona porque, claro, todos aquellos que me odian y que son escritores estarán pensando que soy una falsa. Y no, señores. Para mí la falsedad está a la misma altura que la pederastia.

Es por ello que me he puesto las pilas y he decidido empezar a buscar editoriales que apuesten por mí, sin tener que pagar un puto céntimo, y dejarme de chorradas. Porque yo no autoedito. Yo no me rebajo. Y mucho menos rebajo a mi "niña".

Dicho esto, me voy. Buenas tardes a todos.

1 comentarios:

© I.Horinger dijo...

Comparto plenamente tu impotencia y tu vómito. Estoy harta de sentir tan intensamente y por demasiadas veces la sensación que uno tiene al ver la cara de desesperación de alguien cercano a tu alma que simplemente lucha por su sueño. Como tú bien dices, alguien que sólo desea proteger a su criatura para poder verla crecer, desarrollarse y quién sabe si acabar muriendo ó no, no es justo que gente sin escrúpulos la haga enmudecer tan suciamente antes de nacer. No es justo, no, del mismo modo que no lo es el hecho de arrancar las flores por la simple autosatisfacción que nos produce el gusto de olerlas. Alguien debería proteger vuestras semillas para que ningún viento del oeste se las pueda llevar si no es eso lo que marca el equinoccio de turno. Por lo menos, alguien debería procurar que si la planta merece la pena, pueda ver la luz de un modo u otro, en una estación ó en otra.
Toda la suerte del mundo y mucha, mucha fuerza.
Wandah

 

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